EUROPA
PRESS
22
octubre 2016
Una de cada personas con Alzheimer no está correctamente
diagnosticado, en parte por la pérdida de capacidades que experimentan estos
pacientes se asocian al proceso natural del envejecimiento, de ahí que los
expertos insistan en detectarlos cuanto antes para retrasar la el avance de la
enfermedad.
"No
existe un tratamiento curativo para ella, aunque sí se puede lograr reducir su
progresión y mejorar alguno de sus síntomas. Cuanto antes nos demos cuenta,
antes podremos actuar", ha asegurado el jefe de gestión asistencial de
Sanitas Mayores, David Curto, que insiste en consultar con un especialista ante
las primeras señales para que valore la situación, diagnostique al paciente y,
en cada caso, aplique el tratamiento adecuado a cada caso.
El
síntoma más característico es la pérdida de memoria, pero también hay otros
como los cambios conductuales y emocionales, la pérdida de vocabulario o la
incapacidad para realizar movimientos finos pueden indicar que una persona
padece esta enfermedad neurodegenerativa.
Decálogo de los principales signos de alerta
Para
afinar más nuestras sospechas, la Alzheimer's Association dispone de un decálogo con las principales
señales de advertencia de Alzheimer y otros tipos de demencia:
1.
Falta de memoria en
cosas cotidianas: olvidar de forma
repetida fechas o eventos importantes.
2.
Desorientación
espacio-temporal: pérdida de la noción
espacial, como ignorar dónde se está o cómo llegar a un lugar conocido; o pérdida
de la conciencia temporal, como el paso del tiempo o las fechas.
3.
Dificultades en las
tareas cotidianas: cuando es difícil
llegar a un lugar conocido o realizar las tareas más sencillas del día a día.
También el olfato puede verse resentido.
4.
Dificultad para
resolver problemas habituales:
dificultades para, por ejemplo, organizar las cuentas del mes o seguir una
receta de cocina ya conocida.
5.
Problemas en la
visión: en algunos casos, problemas a la
hora de comprender imágenes visuales o tener dificultades para leer, determinar
distancias espaciales o identificar colores o contrastes.
6.
Problemas de habla: dificultades para seguir una conversación, pronunciar
frases sin concluir o que se repiten varias veces en busca de las palabras
correctas o el vocabulario apropiado.
7.
Problemas para
encontrar cosas: olvidar dónde se han
puesto las pertenencias o colocarlas en lugares distintos a los habituales.
8.
Problemas para
tomar decisiones: cambios de opinión o de
juicio o decisiones extrañas. También hay una acusada pérdida en la iniciativa
en las actividades sociales o proyectos.
9.
Cambios de humor: enfados repentinos e injustificados, miedo y ansiedad, y
otros cambios de humor rápidos pueden ser síntoma de alzhéimer.
10.
Problemas en el
aseo personal: olvido o descuido de la
higiene mínima personal.
Pérdida de memoria, cómo hacerle frente
Una de
las claves para combatir uno de los síntomas más característicos de la
enfermedad, la pérdida de la memoria, es la terapia de reminiscencia o el
trabajo con recuerdos y sensaciones positivas que contribuyen al bienestar y
calidad de vida de los afectados y sus familiares.
"Además
de ralentizar los efectos y el deterioro cognitivo, la terapia de reminiscencia
o el trabajo con los recuerdos facilita las relaciones interpersonales y la
comunicación, a la vez que aumenta la sensación de bienestar y la autoestima de
los usuarios", ha destacado David Curto.
Para
ello, Sanitas Mayores cuenta con módulos de terapias diferenciados en tres
niveles cognitivos con actividades para evocar estímulos que hagan sentirse
bien a mayores con demencia avanzada, técnicas para activar la memoria en
pacientes con demencia moderada y usar recuerdos para situar los
acontecimientos biográficos más importantes del pasado.
Recursos
como fotografías, música, artículos de periódico, objetos domésticos o
conversaciones informales contribuyen al objetivo de reforzar y conservar la
identidad mediante la reactivación del pasado y el estímulo de sensaciones
placenteras.